A lo largo de los años, nos hemos topado con grandes películas de la mano de los creativos de Disney, filmes que nos han enseñado grandes valores y virtudes, obras que son dignas de disfrutar un fin de semana con toda la familia. Con el paso del tiempo, dichos filmes se han ido transformando para adaptarse a la época en la que estamos viviendo, ahora no encontramos princesas esperando ser rescatadas y tramas románticas, incluso vemos menos musicales, y es aquí donde se sitúa Raya y el último Dragón, la última obra maestra de Walt Disney Animation Studios.
Bajo la dirección de Don Hall y Carlos López Estrada, Raya y el último Dragón nos cuenta la historia de Raya, una joven guerrera que se embarca en una aventura junto a su fiel compañero TukTuk, quien a la vez también funge como medio de transporte para nuestra protagonista. La historia se desenvuelve en un reino llamado Kumandra, lugar que en años anteriores era protegido por dragones mágicos y donde los seres humanos podían vivir en armonía, pero todo esto acabaría con la llegada de los Drunn, unos seres malévolos que convertirían a cualquiera que se cruce en su camino en piedra, incluyendo a los Dragones. Es aquí donde entra Raya, con la misión de encontrar al último dragón vivo y unir a los 5 reinos: Cola, Garra, Columna, Colmillo y Corazón, este último siendo el reino donde vive Raya.
Contando con obras anteriores como Zootopia y Moana, Disney nos ha entregado una historia original, completamente nueva que desde el 2016 no veíamos. Raya y el último dragón es una película que intenta enseñarnos el valor de la confianza y la amistad, si, cabe destacar que no cuenta con una lección tan profunda como la de Soul, pero, esta película cumple con todos los objetivos que un filme familiar necesita. El dragón perdido, Sisu, sin lugar a duda, brinda a la película ese comic relief que tanto caracteriza a las obras de Disney. En cuanto al cast, nos encontramos con la voz de Danna Paola, actriz y cantante que ya había participado en otras adaptaciones de Disney como Enredados. En esta ocasión, Danna es la encargada de darle voz a Raya.
Uno de los grandes méritos que tiene la cinta es que demuestra las grandes habilidades que los animadores poseen. A pesar de que los personajes y la historia principal están diseñados en 3D, el filme narra, al inicio, el origen de Kumandra en dos dimensiones y con un relieve de sombras y diseño muy similar al de las culturas de Asia del Este, mismas en las que se inspira esta película. Este diseño brinda un sentido mitológico y profundo a la historia de Raya. Esto mismo se presenta en la animación del agua, en sí, ya habíamos visto con anterioridad el trabajo de Disney y Pixar al momento de animar agua, y en esta ocasión no fue la excepción. Todos estos elementos solo demuestran el trabajo de los directores Don Hall y Carlos López Estrada, y su impecable búsqueda por traducir sus clásicos animados a insípido fotorrealismo. Distintos tipos de animación pueden convivir siempre que se usen con inteligencia y con un claro propósito narrativo o temático.
Raya y el último dragón es una película como de las que ya no hay, una diamante en bruto en una industria que está denominada por las adaptaciones, remakes y franquicias con interminables secuelas. Visualmente despampanante y con dos personajes simpáticos y fáciles de amar al centro de su historia, es casi inevitable dejarse fascinar por la película, pese a lo repetitivo de su mensaje. La cinta ya esta Disponible en Disney+ por un monto extra.