El azar en los videojuegos es un elemento a menudo ridiculizado. Independientemente de si se trata de una mecánica del juego, como el daño o la ubicación del enemigo, o un aspecto más meta, la inclusión de mecánicas de juego aleatorias puede generar frustración. Pero en el caso de Lost In Random esta mecánica es llevada de maravilla incluso desde que se cuenta su historia.
Lost in Random nos pone en los zapatos de Even, una joven atrapada en la región más baja de una sociedad salida de la cabeza de Tim Burton llamada Onecroft, en su búsqueda por salvar a su hermana Odd. Pero para esto no estará sola, con ella irá Dicey, un dado inteligente que tiene la capacidad de otorgarle poderes mágicos simplemente haciéndolo rodar. Esta búsqueda lleva a la pareja a través de cada uno de los seis distritos de Onecroft, donde se encuentran y ayudan a muchos otros personajes con sus propios problemas mientras buscan desesperadamente a Odd en una narrativa tradicional con varios giros argumentales.
Al contrario de lo que puede parecer a primera vista, Lost in Random se puede describir mejor como un juego de rol con algunos elementos de acción. El juego es principalmente lineal debido a su historia, pero está estructurado de modo que cada distrito secuencial que Even visita tenga sus propias áreas centrales para explorar y misiones secundarias que se pueden completar durante la historia de esa área. Estas misiones secundarias tienden a no ser más que misiones de búsqueda o maratones de dialogo, y las más complicadas requieren una pequeña cantidad de exploración, pero pueden ofrecer algunas distracciones agradables, así como algunas buenas recompensas para los jugadores en forma de tarjetas para batallas o monedas para tiendas.
Como ya adelantamos, la aleatoriedad juega un papel importante en el combate de Lost in Random gracias a la combinación de un mazo de cartas de habilidad y Dicey. El flujo de cada combate sigue un patrón diferente, y depende mucho del destino. Comienza con Dicey absorbiendo cristales que caen de los enemigos cuando son derribados o cuando Even les dispara con su resortera. Estos cristales permiten que se forme lentamente una mano de cartas con habilidades, con una mano completa constituyendo cinco cartas en total. Desafortunadamente, los problemas con los que se encuentra este novedoso sistema de combate no se hacen esperar. Principalmente, es muy lento para comenzar, ya que Even no empieza una pelea con acceso a ninguna habilidad de cartas y debe usar su resortera para ganar lentamente ese privilegio.
Lost in Random es sin duda un juego único e interesante, a pesar de sus defectos y aparte de sus inspiraciones. El estilo artístico puede dar la impresión de viajar a través de un paisaje sacado de la cabeza de Tim Burton, pero el juego tiene su propia identidad que hace que valga la pena explorarlo. Lost in Random es una propuesta innovadora y divertida en su género, por ello es que, aunque tenga uno que otro detalle, queda recomendado.