Maid of Sker es un juego de terror que definitivamente no vas a disfrutar si tu gusto por el género nace de los famosos jumpscares que títulos como Five Nights at Freddy’s ofrecen a montones. Sin embargo, tampoco se trata de un juego con gran densidad ambiental que ve su horror nacer de una atmósfera profundamente oscura o perturbadora para los sentidos. Maid of Sker es más bien una reinterpretación moderna de esas tensas, y a veces hasta tediosas, secuencias de resolución de puzzles que abundaban en los primeros juegos de Resident Evil y Alone in the Dark. Como resultado, puede que Maid of Sker no sea la oferta más espeluznante del año, pero quizá en sus mecánicas puede convertirse en algo interesante.
Antes de ahondar más en el gameplay de Maid of Sker tenemos que dedicar unos cuantos párrafos a la historia que pretende contar, ya que es este detalle lo único que realmente evita que el juego caiga en un mar de puzzlers genéricos. Maid of Sker desarrolla su ligera pero efectiva trama en la epónima Casa Sker del Sur de Gales. Quizá este nombre no le haga ruido a muchos, después de todo hace referencia a una historia de terror galesa que siendo sinceros no le va a quitar el sueño a nadie. El mito de la Casa Sker en la vida real va más o menos así: Elizabeth Williams, la doncella de Sker a la que el título del juego hace referencia, se enamoró de un pobre músico llamado Thomas Evans. Como muchos romances jóvenes, pasionales e inmaduros suelen hacer, Elizabeth y Thomas planearon escapar juntos, pero el padre de ella la encerró en un cuarto de la casa para evitarlo, mientras que los perros de los jardines de Sker ahuyentaron a Thomas lejos de la propiedad. Thomas nunca volvió por ella. Elizabeth eventualmente se vio atrapada en un matrimonio miserable, y aunque no sufrió una muerte trágica se dice que su fantasma ahora deambula por aquel cuarto de la Casa Sker todavía esperando el rescate de Thomas que nunca llegó. El juego construye una historia propia sobre este mito, cambiando algunos detalles para ponernos en el papel de Thomas, ahora dispuesto a salvar a su amada de su encierro en la Casa Sker, en este caso renombrada como Hotel Sker. Elizabeth, a través de cartas y teléfonos en los cuartos, le informa a Thomas que toda su familia e inquilinos del Hotel Sker han perdido la cabeza por culpa de una canción maldita, convirtiéndolos en algo muy parecido a un zombie. Nosotros, entonces, deberemos de navegar los cuartos, resolver los acertijos, así como encontrar las llaves y pasadizos secretos para rescatar a Elizabeth y quizá componer una canción que pueda volver todo a la normalidad.
La verdad es que esta ambientación, si bien no es nada del otro mundo, es verdadearmente cautivadora y la atención a detalle hace de toda la experiencia algo inmersivo. Sin embargo, nunca es algo genuinamente aterrador; es meramente tenso en el mejor de los casos. Los enemigos de los que no nos podemos defender quizá nos recuerden un poco a algo como Amnesia o Outlast y son ellos la única fuente de sustos repentinos con la que podemos contar. Al cabo de un rato, no obstante, se vuelven predecibles y poco intimidantes. Eso sí, en medio de todo ello están los acertijos que nos obligan a explorar cada rincón del Hotel Skar. Si bien navegar los cuartos no es algo tan terrorífico como recorrer los pasillos de los escenarios de Outlast, la paleta de colores tiene suficientes tintes lúgubres como para hacernos sentir que un simple trayecto de rincón a rincón es toda una odisea oscura.
Por todo lo anteriormente dicho, es difícil dar un juicio de valor a Maid of Sker, ya que como interpretación de un cuento de fantasmas galés y colección de acertijos es bastante bueno, pero no se acerca a ser la experiencia terrorífica tentadora de sudor frío que su trailer y campaña publicitaria prometen. Sostenemos que este no es un juego diseñado para los amantes del terror bombástico ni para los que buscan una experiencia perturbadora al psique humano; no es para los fanáticos casuales del terror ni para los más experimentados, es más bien para aquellos que se encuentran cómodamente enmedio