Uno de los juegos más interesantes actualmente es Drake Hollow, un constructor de acción cooperativa de un equipo de desarrollo que ha trabajado en un montón de franquicias de alto renombre. Desde Halo y BioShock hasta Mortal Kombat y Rock Band, el equipo de The Molasses Flood sin lugar a dudas ha tenido suficiente experiencia tanto en el éxito como en el fracaso para saber qué es lo que funciona y qué es lo que no. Sin embargo, no es la legitimamente impresionante trayectoria del estudio lo que hace a Drake Hollow interesante, sino la forma en la que revive aquella fórmula que a la Epic Games apostaba con su interpretación original de Fortnite.
The Flame in the Flood, el título anterior del estudio, definitivamente parece pertenecer a una especie completamente distinta, pues en lugar de sentirse dramático y cautivador, Drake Hollow tienta más a emociones un poco más frenéticas con su énfasis en cooperación y acción rápida. Jugando un rato lo que Drake Hollow propone es que nos damos cuenta que quizá había mucha promesa en la versión inicial de Fortnite, y de no ser por la locura de los Battle Royale, quizá pudo haber mucho lugar para que este rincón del juego creciera poco a poco. No lo decimos con desdén hacia los Battle Royale, sino más bien con admiración hacia esta forma de juego que premia mucho la creatividad para resolver problemas y utiliza la exploración más como un arma de dos filos para el jugador que como un recurso para rellenar tiempo de juego. Si por algún azar del destino alguien decide crear una modalidad Battle Royale para Drake Hollow, una parte de nosotros definitivamente moriría como si fuéramos Campanita en Peter Pan cuando nadie le está prestando atención.
Debido a que la jugabilidad de Drake Hollow es algo que ya se había visto antes, lo único destacable en la experiencia es cómo es que ha sido abordada. Como dijimos antes, este es un juego donde se premia al ingenio del jugador y también su disponibilidad para comunicarse con sus compañeros de equipo si es el caso. No obstante, la suma de estas partes es algo mucho más grande, pues es que nos permite hablar más de cómo Drake Hollow se siente como experiencia jugable y no tanto de cómo resulta su desempeño técnico. Puesto de manera sencilla: esta es la evolución lógica de un party game.
Si cosas como Gang Beasts o Speedrunners son los juegos que abundan en las fiestas entre amigos que no buscan algo que los desafíe más allá de presionar un montón de botones a la vez y esperar que el destino les sonría, Drake Hollow es para aquellos que también quieren divertirse de manera caótica, pero con un poco más de refinamiento digno de una madurez percibida. No podemos apostar que este sea la siguiente gran sensación videojueguil, pero sí es una que hemos disfrutado lo suficiente como para recomendar.