Desde la antigüedad, abundaban los rumores sobre demonios devoradores de hombres que acechaban en el bosque. Debido a esto, los pobladores locales nunca se aventuran fuera por la noche. La leyenda dice que un asesino de demonios también vaga por la noche, persiguiendo a estas criaturas sedientas de sangre. Para el joven Tanjirou, estos rumores pronto se convertirán en su dura realidad. Desde la muerte de su padre, Tanjirou se ha comprometido a mantener a su familia. Aunque sus vidas pueden ser endurecidas por la tragedia, han encontrado la felicidad. Pero ese calor efímero se destruye un día cuando Tanjirou encuentra a su familia asesinada y a la única sobreviviente, su hermana Nezuko, convertida en un demonio. Para su sorpresa, sin embargo, Nezuko todavía muestra signos de emoción humana y pensamiento. Así comienza la búsqueda de Tanjirou para luchar contra los demonios y volver a su hermana a la normalidad.
Kimetsu no Yaiba es un shounen típico pero es uno que ejecuta a la perfección todos los elementos que normalmente asociamos con este género del anime. Por eso mismo, la historia se siente fresca en el sentido de que la naturaleza de su personaje principal y ambientación ofrecen nuevas perspectivas a elementos que ya habíamos visto antes. Esto da lugar a unas secuencias de acción realmente fenomenales, son tan buenas que vamos a querer poner el episodio en reversa para poder presenciarlas de nuevo. Tanijiro agrega valor a estos frenéticos momentos ya que no sólo es un excelente protagonista de acción sino que también tiene una meta muy humana a final de cuentas con la que la audiencia puede empatizar. La forma en la que se vuelve más poderoso, además, se siente muy realista, haciendo que apreciamos más sus victorias y nos preocupemos más por las peligrosas situaciones en las que continuamente se ve envuelto. Tanijiro no tiene que desbloquear jutsus o convertirse en un Super Saiyajin para derrotar a sus adversarios, en su lugar entrena para poco a poco sobrepasar sus limites y convertirse en un verdadero héroe; en este detalle encontramos la más pura esencia del shounen, una que en los últimos años se ha perdido.
La animación es nítida, limpia, y las escenas de lucha nunca dejan de ser emocionantes, incluso si a veces se habla demasiado en medio de los puñetazos. Una cosa destacable son los efectos del agua en la espada de Tanjiro, se ven muy bien y el estilo visual que se logra con esto se siente muy especial. Los detallados fondos ayudan a aumentar todavía más la inmersión, y el uso de animación en 3D se ve impresionante y logra en la mayoría de las veces mezclarse muy bien con la animación en un estilo más tradicional; fuera de unos momentos contados en que los modelos de personaje se movían de una forma rara, Kimetsu no Yaiba quizá sea la mejor serie que combina ambos estilos de animación actualmente.
Este es un anime muy disfrutable. Desde los asombrosos efectos visuales hasta la absolutamente increíble banda sonora, cada episodio es un deleite de principio a fin. Kimetsu no Yaiba en un shounen que incluso si se apega a los tropos tradicionales del género encuentra la forma de sentirse moderno y destacar en una época donde sentimos que ya hemos visto todo.
