Es triste pero el duelo, el dolor, es una parte natural de la existencia. Perder a la gente que amamos es algo inevitable porque nuestro tiempo en la Tierra es finito. Podemos pensar entonces que una tragedia es cuando ese tiempo se acaba demasiado rápido para alguien y tiene que partir de este mundo a una edad demasiado temprana. Estas son solo algunas de las ideas que That Dragon, Cancer trae a la mesa. Describirlo como un juego que cuenta la historia real de una familia lidiando con el cáncer de su hijo sería sobresimplificar algo que bajo todo significado de la palabra merece ser analizado y estudiado a un nivel microscópico. Quizá sea más justo describirlo como una experiencia que sólo podría crearse a través de los parámetros de un videojuego.
Seguimos a la familia Green a lo largo de los tratamientos a los que se somete su hijo Joel, en el transcurso de los mismos veremos como la condición del niño cambia, no necesariamente para bien, y el enorme peso emocional que sus padres tienen que cargar como resultado. Aunque no debería ser muy complicado hacer entreñable una historia con una naturaleza tan dramaticamente densa, That Dragon, Cancer se toma la molestia de ir más allá de la forma tradicional en la que un videojuego desarrolla su narrativa. Saltaremos de escenarios que parecen comunes y corrientes como una sala de hospital o un parque a secuencias que parecen una bizarra combinación entre sueños y pesadilla. De manera repentina veremos como las alegorías y metáforas se convierten en cosas literales, reflejando con mucha mayor claridad los sentimientos de angustia y desesperación de los Green.
Las mecánicas, a pesar de ser muy simples, contribuyen a la experiencia, permitiéndonos explorar cada rincón de esta historia que poco a poco se va pintando. La decisión de tener un estilo de arte minimalista ayuda a que quizá podamos proyectarnos en ciertas situaciones que atraviesa la Familia Green, ya que a pesar de que su caso es especial tienen que enfrentarse a retos que todos en algún punto hemos tenido en nuestro propio día a día. Fingir que todo está bien cuando el mundo se cae a pedazos es un sentimiento que seguramente más de uno entenderá a la perfección.
No queremos arruinar el final, genuinamente sentimos que es una travesía que debes de experimentar en carne propia de principio a fin, pero para compensar cada golpe sentimental que That Dragon, Cancer trae a la mesa también brinda un mensaje final enfocado en la esperanza y seguir adelante.
That Dragon, Cancer es tanto un juego acerca del dolor y tragedia como de la promesa de que un mejor mañana está a un sueño de distancia. Quizá, aprovechando la fecha en la que tenemos más que cualquier otro día a los que ya se nos adelantaron en la mente, sea apropiado decir que That Dragon, Cancer es una de las mejores formas de poner en palabras, colores y hasta interacciones un sentimiento que a veces nosotros mismos batallamos en comprender completamente.