Kaoruko «Chaos» Moeta es una joven mangaka que tristemente no tiene mucha suerte. Ella quiere crear manga sobre chicas de secundaria, pero sus guiones son flojos, su arte carece de inspiración y sus premisas son débiles en el mejor de los casos. Su editor decide que lo mejor para ella es que Chaos se mude a un dormitorio para mujeres artistas de manga y en el proceso desarrollar las habilidades sociales necesarias para crear las mejores historias posibles. Chaos pronto se encuentra con las otras residentes: Tsubasa Katsuki, un artista de manga shounen; Ruki Irokawa, quien dibuja manga erótico popular entre las mujeres; y Koyume Koizuka, una artista shoujo que, así como Chaos, aún ha conseguido hacer su debut y comenzar una serie publicada. Rápidamente entablando una amistad con estas chicas, Chaos encuentra una nueva inspiración para su manga y continúa haciendo crecer su creatividad.
Con esta premisa nos adentramos al mundo de Comic Girls, una serie que no sólo trata acerca de chicas lindas haciendo cosas lindas sino de los problemas que enfrenta el artista moderno y los extraños lugares de dónde tiende a surgir la más inesperada y poderosa de las inspiraciones. Al ser un slice-of-life queda claro que la principal preocupación de la historia no es tanto la progresión de eventos sino la evolución de sus personajes y cómo sus emociones llevan hacia un aprendizaje acerca de su propio caracter. Las chicas en primera instancia podrán parecer estereotipos que ya hemos visto hasta el cansancio pero cuando vemos que el arte que crean es radicalmente distinto a la imagen que proyectan comenzamos a profundizar más en cómo expresan sus debilidades y fortalezas a través de sus historias y dibujos. Chaos, quien claramente es la menos experimentada del grupo, tiene mucho qué aprender por parte de sus nuevas amistades pero logra ser un personaje tan único en su desenvolvimiento que también tiene alguna que otra cosa para enseñar a sus compañeras de casa.
La presentación del anime mezcla de una forma extraña pero efectiva el uso de paneles al estilo manga con animación tradicional. El resultado es una velocidad muy digerible en sus escenas que logra presentar información de una forma rápida pero efectiva que nunca se siente tediosa. Si a esto le agregamos el estilo de arte relajado y paleta de colores suaves que pretenden relajarnos tenemos entre manos una serie que podemos disfrutar sin ningún apuro y que siempre tendrá una forma de provocarnos las más dulces emociones.
Es obvio que al momento de ser una historia con un montón de chicas lindas viviendo juntas no faltaría la tentación de crear situaciones incómodas y candentes para aludir al tan popular fan service, y aunque Comic Girls sí cae en este tropo de vez en cuando siempre tiene una justificación que, a la larga, tiene consecuencias en la historia y la evolución de las chicas. Dicho de otra forma, esos encuentros cercanos entre las protagonistas puede que den lugar a situaciones mucho más serias que un leve beso accidental.
Comic Girls es un interesante vistazo a la vida del mangaka moderno y la forma en que los lazos de amistad pueden ser uno de los más fuertes pilares en la vida del artista. Ver de dónde nace la inspiración para las grandes historias de ayer y hoy siempre será un proceso interesante de admirar y Comic Girls, incluso con su comedia, leve drama y enormes cantidades de cosas kawaii, nunca quita el dedo del renglón en donde más importa.
