Escaflowne es un anime que pertenece a esa misma legendaria generación en la que podemos encontrar grandes obras como Trigun o Cowboy Bebop. Sin embargo, mientras que estas otras series tenían un público muy específico en mente, Escaflowne pretendía alcanzar una audiencia un poco más amplia, combinando los clichés de varios géneros en un paquete extravagante que no debió de haber funcionado, pero por poderosos azares del destino lo hizo. Hitomi, nuestra protagonista, es una heroína comprensiblemente reacia que también tiene, como suelen hacer los chicos de secundaria, un interés romántico que se despierta fácilmente. Los dos protagonistas masculinos son opuestos. Uno de ellos es el típico chico buena onda despreocupado, el otro es un joven impetuoso pero inocente. Hay un villano demente y obsesivo bastante típico, que es controlado por otro villano de nivel superior más tranquilo. Los personajes ciertamente no son únicos, pero para ser justo, ¿cuántos personajes de anime realmente lo son? Con tantos tropos de por medio y dejando a un lado Evengelion, es difícil pensar en otro anime popular de un género similar que podría presumir de un elenco mucho más fresco.
La fuerza de Escaflowne, y la mejor razón por la cual este es uno de los animes más celebrados de todos los tiempos, es su historia. El número de fillers a menudo es una medida de la tensión en una narrativa en el anime, pero en el caso de Escaflowne, sería difícil encontrar una sola escena de relleno, y mucho menos un episodio entero de este tipo. La historia nos mantiene absortos en la trama central en todo momento, sin detenerse nunca a favor de desarrollar el pasado de un personaje con flashbacks o darle más peso una relación con una trama secundaria. Sí, hay flashbacks y mucho desarrollo de relaciones, pero siempre está directamente relacionado con los eventos de la historia, nunca como un complemento para ampliar la duración de forma innecesaria. La trama entrelaza inteligentemente las situaciones de todos los personajes, héroes y villanos de una manera que cuando nos enteramos del pasado de un personaje, siempre se vincula con al menos otro personaje, y la imagen más grande se vuelve más clara y profunda.
Quizá los diseños de los personajes tardan algunos episodios en sentirse consistentes, pero dando una mirada más objetiva a la calidad de la animación en términos de fluidez mostrará a Escaflowne como un perfecto ejemplo de lo que es aprovechar el medio para comunicar un perfecto balance entre drama y acción. A la hora de compararse con obras más modernas, sin embargo, puede que el esquema de color de Escaflowne no sea tan brillante como el de muchos títulos actuales, pero no hay estándares justos de evaluación en ese departamento, ya que es algo totalmente subjetivo. Lo que no podrá negarse, sin embargo, es que las técnicas tradicionales empleadas en Escaflowne hacen que incluso en 2020 haya muchos detalles dignos de admirar e incluso ideas que series más modernas deberían de adaptar sus producciones.
Escaflowne es una obra espectacular en todos los sentidos. La narración de esta historia es verdaderamente artística, y muy pocas obras han realmente alcanzado esta altura como estándar de calidad culturalmente significativo. La excelencia en general de Escaflowne también se debe al valor emocional crudo de las complejas relaciones que sus personajes construyen y la forma tan real que sus sentimientos llegan a verse en pantalla. Esta es una serie hecha con mucho amor y debe de apreciarse con el corazón latiendo fuera del pecho.