Desde que era un niño, Chihiro Furuya, estaba obsesionado con los zombis y como consecuencia ha deseado una novia que pertenezca a la raza de los muertos vivientes con todas sus fuerzas. De repente, su amor por todas las cosas zombie y los rituales voodoo que implican se vuelve útil cuando su gato Baabu es atropellado. Chihiro pretende aprovechar su conocimiento casi enciclopédico de la magia y alquimia de los muertos vivientes para intentar hacer una poción de resurrección que le devuelva la vida a su mascota.
Durante su esfuerzo, ve a una chica rica llamada Rea Sanka gritando en un viejo pozo todos los días sobre su vida opresiva. Después de reunirse con ella, Rea convence a Chihiro de perseverar en salvar a Baabu. Finalmente, él tiene éxito con su poción, después de conseguir venenosas flores de hortensias del jardín familiar de Rea. Sin darse cuenta del éxito de la poción y tratando de escapar de las cargas de su vida, Rea bebe la poción de resurrección, pensando erróneamente que morirá. Aunque no la mata, los efectos aún persisten y su muerte por un accidente fatal hace que renazca como un zombie. Con la ayuda de Chihiro, Rea se esfuerza por adaptarse a su nueva vida…o más bien, vida después de haber muerto. Aunque parece que Chihiro finalmente tiene lo que deseó por tanto tiempo, poco a poco aprende que a veces la satisfacción puede ser más trágica que la añoranza.
Esta es la premisa que nos pinta el mundo de Sankarea: Undying Love, cuya semejanza fonética con la canción de Bad Bunny es mera coincidencia. No podemos culparlos si con sólo escuchar la premisa o ver las grotescas imágenes en pantalla descartan esta serie como una de esas cosas que nunca vas a querer ver por miedo a que sea demasiado extraña o perturbadora. No podemos culparlos porque en muchos sentidos ese es el propósito temático detrás de Sankarea. Sí, muchos sitios de anime y hasta las compañías encargadas de su distribución describen la serie como perteneciente al género ecchi, pero la verdad es que se trata de una obra mucho más madura de lo que uno puede notar a simple vista. La fascinación prácticamente fetichista de Chihiro con los zombies quizá pudo haberse convertido en un hentai bastante enfermizo en manos de otros escritores, pero aquí se ve empleada como una herramienta narrativa que ayuda a explicar algunas de las facetas más complejas del amor. ¿Acaso el romance entre dos personas puede trascender más allá de la vida? ¿Puede la muerte ser la razón por la que dos corazones y vidas se unen? Estas son preguntas que Sankarea aborda a lo largo de su trama y lo hace de una manera tan natural que no nos damos cuenta de las implicaciones densas que se nos están arrojando en todo momento.
Por otro lado, la naturaleza grotesca de la serie encaja muy bien con la tragedia de Rea y la retorcida existencia en la que se sentía condenada previo a sus intentos de suicidio. Para Rea la muerte era la única salida, de una forma tan dramáticamente compleja como la de Hannah Baker en la seminal primer temporada de 13 Reasons Why. Este es un tema serio, y aunque se adorna con cosas extravagantes y bizarras, el corazón de Sankarea es uno repleto de drama y oscuridad que constantemente lucha por encontrar un poco de luz. Si puedes ver más allá de lo extraño, Sankaera es una de las mejores series dramáticas, románticas y filosóficas que puedes encontrar allá afuera.
