Desde su adquisición por Sony Group en 2021, Crunchyroll ha triplicado su base de suscriptores, alcanzando 15 millones. Sin embargo, empleados actuales y anteriores han señalado que la compañía evita contratar a entusiastas del anime como parte de una política no oficial. Según estas declaraciones, algunos ejecutivos consideran que el anime es solo “caricaturas para niños”, lo que habría llevado a descartar candidatos identificados como otakus.
Esta transformación se atribuye a la dirección de Funimation, cuyos líderes asumieron el control tras la fusión. Desde entonces, la plataforma ha cambiado su enfoque, priorizando a consumidores casuales sobre los fanáticos más dedicados. Este giro estratégico podría poner en riesgo su posición frente a competidores como Netflix y Disney, que también apuestan por el anime.
Crunchyroll ha enfrentado desafíos internos, incluidas rondas de despidos y una creciente desconfianza hacia la gerencia, con solo el 39% de empleados respaldando su visión estratégica. Además, su meta de alcanzar 25 millones de suscriptores para 2025 es vista como poco realista debido al alto costo de las licencias y la pérdida de exclusividades frente a otros gigantes del streaming.
La comunidad de fanáticos del anime, históricamente leal a Crunchyroll, ha cuestionado si la plataforma sigue representando sus intereses. Mientras busca expandirse, la empresa deberá encontrar un balance entre atraer nuevas audiencias y mantener la fidelidad de su base más apasionada.