Créannos que nos encantaría sostener nuestra promesa y hacer de esta reseña un espacio en el que no sólo destrozamos a 22/7 sino uno en el que también podemos desahogar todo esa frustración que le tenemos a los repetitivos tropos de los animes sobre idols. Sin embargo, sería poco profesional ignorar que esta serie hace muchas cosas bien, y aunque no es suficiente como para poder redimir al género o incluso a nuestra experiencia reciente con el mismo, pensamos que sí tiene lo necesario como para quizá merecer que le dediques algunas horas de tu tiempo a los episodios que ya están disponibles.
Primero, debemos de elogiar la musicalización detrás de 22/7. Al tratarse de un ambicioso proyecto multimedia respaldado por nombres tan importantes como lo puede ser Sony Music, no debería de sorprendernos que la banda sonora sea sublime en todos los sentidos imaginables. Ya sea con su opening vivaz o ending de tonos melancólicos, 22/7 es una de esas pocas series modernas que entiende el poder detrás de una buena composición y cómo esta puede jugar un rol importante en evocar emociones por parte de la audiencia y hacer que esta se siente más envuelta en la historia; incluso cuando esta no es realmente tan buena.
Agregado a estos tonos sentimentales está el desarrollo de personaje de cada una de las chicas de 22/7. Hubiera sido sencillo encerrar a cada una de ellas en los múltiples tropos y clichés que ya hemos visto una y otra vez en este tipo de series, y que, a pesar de su repetitividad, han demostrado ser bastante efectivos. Sin embargo, la decisión de darle a cada chica una historia de origen profunda y, en varias ocasiones, trágica hace que sea más fácil conectar con las protagonistas en un nivel humano…a pesar de que sabemos que se trata de monas chinas en 2D que no son reales.
Bueno, olviden eso último, ya que 22/7 hace uso de mocap y un excelente trabajo de actuación de voz para hacer bastante borrosa la línea que separa a la animación del mundo real. La animación que complementa esto no es particularmente espectacular y en ocasiones hasta podríamos decir que es mediocre, pero es al menos consistente y eficiente como una herramienta más para contar la historia. Aquí es, sin embargo, cuando 22/7 se desmorona bajo su propio peso.
Narrativamente hablando, esta es una serie extraña, y no lo decimos en el buen sentido. 22/7 y su grupo titular de idols tiene algunas connotaciones cultistas que probablemente resultan incómodas tanto para tu espectador occidental promedio como para tu otaku experto en el género. Simplemente hay cosas e ideas que no se ven aterrizadas de la mejor manera, resultando en una trama que puede pasar de ser un drama adolescente a un fallido intento de aplicar la fórmula Madoka a un anime de idols.
¿Para qué nos engañamos? Si eres una de esas personas que simplemente TIENEN que ver el anime de idols más reciente, 22/7 será sólo la adición más reciente a tu larga lista de series por maratonear. Si buscas algo más sustancial, por otro lado, esta definitivamente no es la historia para ti. Hemos visto muchos animes de idols a lo largo de los años y por eso no podemos decir que 22/7 es el peor, fácilmente hay cosas todavía más aburridas o mediocres allá afuera, pero tampoco podríamos catalogarla como una recomendación sólida. Así como sucede con ciertos géneros musicales o canciones, esta es una de esas experiencias que debes probar por tu cuenta para ver si vale tu tiempo o no.