MUNDO ANIME: BLACK FOX

Uno de los problemas más grandes que podemos encontrar en el anime hoy en día es ver que cada vez más obras se sienten derivativas o repetitivas. Ahora más que nunca podemos notar con facilidad los tropos y otros clichés. Quizá porque estamos más conscientes de ellos debido a la popularidad de grandes series, por la proliferación de la industria o meramente porque hemos madurado como audiencia y aprendido a ser más selectivos con las historias a las que dedicamos nuestro tiempo. 

A simple vista, el filme de Black Fox podría caer en este agujero de problemas, ya que parece que fue hecho a la medida para satisfacer algunas de las tendencias más populares en el mundo del anime actual. ¿Mundo futurista? Lo tiene ¿Una chica adorable como protagonista? La tiene ¿Una vida normal abruptamente quebrantada por la tragedia? La tiene ¿Poderes ninja y otros elementos sobrenaturales increíblemente convenientes? Puedes apostar la vida de tu primogénito a que lo tiene. 

Con todo esto sobre la mesa sería muy sencillo apuntar hacia la historia y Rikka, la protagonista, y llamarlas copias de Naruto o cualquier otro anime conocido que haya hecho primero todo lo que enlistamos anteriormente. El detalle aquí es que, a pesar de que las piezas que dan forma a la narrativa de Black Fox son muy comunes, la forma en la que las une sí se siente única. Lo que bien pudo haber sido un shounen de venganza termina siendo una aventura dramática y emocional que probablemente no te haga llorar todo un río pero sí tiente el caer de una lágrima de tu ojo izquierdo. 

La heroínca, Rikka, aspiraba a ser una investigadora e inventora como su padre, pero así como suele suceder con todos los sueños de los protagonistas en el anime, su futuro prometedor se ve frustrado de una forma sangrienta con el repentino asesinato de su padre. Utilizando el entrenamiento ninja que le dio su abuelo, Rikka decide comenzar un camino por el sendero de la venganza, muy a la Conde de Montecristo pero sin dramatismo innecesario. Esto no significa que de vez en cuando la historia no se tome el tiempo de ir un poco más despacio a lo que podríamos esperar de un shonen, para dejar claro cuál es el estado emocional de los personajes y entender la naturaleza de sus orígenes. Personajes secundarios en la forma de aliados y enemigos a la causa de Rikka ayudan a desglosar más el desarrollo de la protagonista. Funcionan de una manera parecida a personajes espejo para que tengamos un punto de referencia que ilustra el pasado, presente y futuro de Rikka a través de los rostros de sus amigos y rivales. Tristemente, debemos de admitir que sí hay algunos pesados clichés en la dinámica de venganza.

No queremos hacer spoiler pero queda más que obvio cuál es la dirección que este camino tomará a la mitad de la historia. Quizá podríamos ignorar esto si las cosas no avanzaran demasiado rápido a partir de este punto, el tiempo y paciencia que se tomó anteriormente para pintarnos el mundo de Black Fox con lujo de detalle súbitamente debe de compensarse con secuencias veloces que quieren progresar la trama a través de patadas, golpes y desmembramiento. Cae en el hoyo de los tropos en este sentido, pero no de una manera tan profunda como para decir que queda atrapada en él de forma definitiva.

Black Fox es una buena película. No es totalmente fresca pero no podríamos decir que es derivativa tampoco. Quizá la mejor forma de describirla es como una historia que construye sobre la fórmula de otras que la precedieron para crear una experiencia única pero que todavía se queda un poco lejos de ser inolvidable.