De vez en cuando, todos necesitamos satisfacer nuestros gustos culposos con esas típicas series con vampiros que logran combinar la estética tétrica con algo de acción e incluso drama. La triste realidad, sin embargo, es que esta clase de producciones son escasas y las pocas que logran darnos lo que buscamos tienden a repetir la misma fórmula de siempre, terminando en experiencias que se sienten derivativas en el peor de los sentidos. Sirius the Jaeger llega entonces como un regalo del Cielo, porque a pesar de conservar esas cualidades que hemos aprendido amar de otras series se atreve a ser lo suficientemente distinta como para sentirse como un respiro de aire fresco.
De la mano de P.A. Works, Sirius the Jaeger se ve inmediatamente como una obra totalmente diferente a las otras creaciones del estudio, mismo que es mejor conocido por su trabajo en el género slice of life. Sirius nos pone en medio de una crisis vampírica en los años 30, presentándonos a un grupo conocido como los Jaegers que actúan como cazadores de vampiros especializados y tienen el objetivo de exterminar por completo a esta raza monstruosa.
La trama se centra en Yulily, un joven con fuego en la sangre que quiere vengarse de los vampiros después de que su hogar fue aterrorizado por ellos. El imaginativo contexto atmóferico de principios del siglo pasado combinado con el gran talento que P.A. Works tiene para la creación de escenarios dan vida a una ambientación genuinamente excelente que logra comunicar un aura oscura que, a pesar de advertirnos de las masacres y acción que están a punto de tomar lugar, nos captura por completo y hace que casi veamos belleza en este desolado mundo. Cada detalle está cuidado al máximo, desde los vehículos hasta la arquitectura, si Sirius the Jaeger no te convence como una historia de vampiros, definitivamente encuentra enorme valor como una pieza de periodo.
El verdadero encanto de Sirius quizá yace en cómo no pierde ni un solo momento para hacernos entender que se trata más que nada de una historia de venganza. Yulily caza a Agatha, una vampira, y la expresión en su rostro dice más que mil palabras, es aparente que el odio de este personaje hacia esta raza de monstruos va mucho más allá de un simple sentimiento de retaliación hacia la misma; es casi enfermizo y lo vuelve en esencia muy parecido a los vampiros que pretende destruir en el sentido de que se convierte también en un asesino despiadado con un apetito insaciable por la sangre de su enemigo. La narrativa, sin embargo, no deevoluciona en una trama estilo Depredador en la que Yulily y el resto de los Jaegers cazan vampiros cada episodio llenando la pantalla de violencia sin sentido, resulta que el clan de vampiros al que se enfrentan tiene un objetivo mucho más grande: el encontrar el misterioso artefacto conocido como el Arqua de Sirius.
Con estos objetivos constantes, los Jaegers queriendo aniquilar a los vampiros y los vampiros buscando una forma de propagar su reino oscuro sobre la Tierra, es que la historia de Sirius the Jaeger va tomando tracción. A pesar de su clara intención de vengarse de la raza de monstruos que arruinó su vida, Yulily tendrá que enfrentar dilemas morales a lo largo del camino, teniendo que proteger los lazos de amistad que tiene con sus compañeros Jaegers en un intento de salvaguardar su propia humanidad.
Definitivamente esta es una serie que sabe crear una atmósfera tensa y enganchante que no teme incluir acción explosiva dentro de la misma, además de también tener lugar para momentos mucho más lentos y tranquilos en los que el drama inunda las escenas. No es el mejor anime de vampiros de la historia, pero mentiríamos si dijéramos que no es de los mejores que hemos visto en memoria reciente.