Vampire Hunter D es una franquicia que se concibió en 1983 en forma de novela, y aunque la serie tuvo adaptaciones al cómic, manga y hasta radio, hoy hablaremos de su largometraje animado; obra que se estrenó en 1985 y que replicaba lo visto el primer volumen de la obra de Hideyuki Kikuchi.
Estamos hablando de una película de casi 35 años de edad, así que es posible que no la conozcas, pero si la has visto, seguramente caes dentro de alguna de las dos grandes categorías: la amaste o la odiaste. Este filme crea esta percepción bastante polarizada en su audiencia, pues cuenta con elementos que dividen a los que tiene la oportunidad de disfrutarla.
Para las personas que no sepan de qué trata esta película, se las re-sumimos. Miles de años en el futuro, la humanidad se ha colapsado y los vampiros, llamados nobleza, reinan el mundo; tienen a su disposición a mutantes y míticas criaturas para hacer el trabajo sucio y mantener a la tierra aterrorizada. Cerca de una villa, un poderoso miembro de la “nobleza” *cof cof… vampiro* llamado Magnus Lee, se ha despertado después de un buen rato de ausencia y se ha fijado en los ojitos pispiretos de Doris, una muchachona guapetona que vive en una cabañita con su carnalillo. El noble, cual muchacho de rancho, se quiere robar a la chica para casarse con ella y hacerle el delicioso. La chica, asustada, contrata a un cazador para que le tire paro con el vejete que se la quiere llevar, es aquí cuando conocemos a “D”, el epónimo protagonista de esta película y que, aunque callado, no es nada tímido a la hora de pelear.
Como seguramente ya estarán viendo en pantalla, el anime no ha envejecido del todo bien, se nota claramente que se trata de un anime viejo; pero no se puede negar que la dirección artística es bastante buena, con esos contrastes en el manejo de la luz, y el diseño tan original y variado de sus personajes. Hay un montón de sangre y vísceras en esta película, lo cual no era de sorprenderse de un trabajo bajo la dirección de Toyoo Ashida, quien ya sabemos que le encanta el gore; lo que de repente sí saca de onda son esas escenas de desnudos que funcionan más como fan service que para cualquier otra cosa; muchas veces una bubi por aquí o por allá solo están ahí porque pueden ponerlas, y se pueden sentir un tanto forzadas.
El trabajo de doblaje al español la verdad da MUCHO que desear, si quieren darse la oportunidad de ver esta obra, les recomendamos que la vean en japonés con subtítulos (como muchos consideran que se debe de consumir este tipo de entretenimiento). Esto, claro, es entendible ya que en aquel entonces POCOS eran los trabajos de doblaje que sinceramente valían la pena. El diseño de audio también es muy incómodo y puede llegar a sacar de onda, o incluso hasta dar risa; muchas veces parece que el audio no empata del todo con lo que se está mostrando en pantalla.
La adaptación que se hizo de la novela no está nada mal. Se condensa la información a lo largo de sus 80 minutos de una buena manera. Aunque a veces confían que su audiencia ya conozca un poco la franquicia, ya que pueden existir ocasiones en donde no se dan el lujo de explicarnos ciertos aspectos. Como cuando la cara que tiene “D” en su mano izquierda empieza a comer tierra, y si no conoces la novela, te puedes preguntar “¿Por qué carajos está haciendo eso?”, pues resulta que este chévere personaje puede consumir los 4 elementos, o sea, tierra, agua, fuego y aire, para dotar de energía a “D”.
A pesar de no verse tan bien para los estándares actuales, ni contar con un buen trabajo de doblaje o audio, esta obra se mantiene como un gran filme con un montón de escenarios interesantes, una trama bien contada y con buen ritmo, y una buena cantidad de acción rebanando monstruos que nos emociona. Vampire Hunter D, no es una película perfecta, pero es un viaje que se disfruta como pocos.
