Los videojuegos no se crearon de la noche a la mañana. Hay una larga historia de dedicación, creación, fallos y logros, y claro, una gran lista de nombres que quedarán inmortalizados en la historia de la industria para siempre.
Uno de esos nombres es el de Sir Clive Sinclair, quien hoy, a la edad de 81 años, ha fallecido a causa de una enfermedad que lo afectó por un largo tiempo.
Sinclair empezó trabajando como técnico en pequeñas empresas, hasta que dió el salto definitivo y empezó su fundó su propia compañía: Sinclair Radionics. La filosofía de Sinclair se hizo notar desde el minuto 1: quería crear tecnología eficaz, pero que fuera accesible para todo el público.
Aunque empezó con calculadoras de bolsillo, de las más eficaces en su momento, el verdadero despegue de su empresa no sería hasta la creación del ZX80, un ordenador completo, armado y accesible para la época (99.95 libras por equipo), de las cuales se vendieron 50 mil unidades.
Tras este primer éxito, el mismo Sinclair volvería al mercado con el ZX81, con un precio de 65.95 libras y que posicionó 250 mil unidades entre el público.
Si bien estos primeros ordenadores ya seguían la filosofía de Sinclair de crear equipos funcionales, completos, a buen precio y de “fácil” aprendizaje, la verdadera revolución, por decir lo poco, llegó con el ZX Spectrum en 1982.
La máquina marcó toda una era en Reino Unido y Europa en general. Spectrum se convirtió en el primer ordenador de muchas personas, y su gran facilidad de uso (marca de la casa Sinclair) profirió que se convirtiera en un hogar sagrado para una nueva, y revolucionaria, generación de videojuegos para ordenadores.
Sinclair no fue un fanático de los videojuegos. De hecho, The Guardian reporta que era raro verlo usando sus propios productos. Pero fue la creatividad e ingenio de este hombre lo que daría una herramienta para crear miles de videojuegos recordados con cariño hasta el día de hoy.
Desde juegos con historias interesantes hasta adaptaciones muy bien logradas, habiendo dejado vestigios que duran hasta nuestros días (como la vista isométrica tan famosa de sus juegos), Spectrum marcó un antes y un después para la industria.
Y Sir Clive Sinclair, dejando a sus hijos, a Reino Unido y al mundo de los videojuegos un gran legado, siempre será recordado como lo que fue: un genio.