A principios de este mes, en las tierras de Speyside, Escocia, se formo una alianza entre dos de las marcas de lujo con mayor renombre en el mundo: The Macallan y Bentley Motors.
A simple vista, una sociedad entre una destileria de whisky escocés single malt y un fabricante británico de automóviles no tiene mucho sentido. Después de todo, sus productos son algo que no es nada recomendable combinar, pero si ponemos atención a los detalles en la filosofía de ambas marcas podemos ver que tienen más en común de lo que uno podría imaginar.
The Macallan y Bentley Motors son dos instituciones que entienden el poder de la tradición. Los procedimientos que ambas marcas emplean para elaborar sus productos son metódicos, sutiles y fuertemente arraigados en “la vieja escuela” de cómo se deben de realizar las cosas. Esto se opone a lo que otras marcas de sus respectivas industrias prefieren hacer: manufactura en masa de enorme eficiencia pero poco corazón. Aunque un Bentley Continental GT y una botella de The Macallan Estate no tienen nada que ver entre si en lo que a apariencia se refiere, el proceso que les dio vida es profundamente similar.
Por eso, se vale emocionarse con esta nueva alianza basada en la rica herencia de ambas casas, con la finalidad de desarrollar colaboraciones distintivas y promover su visión de un futuro más sostenible. La idea es que tanto The Macallan como Bentley Motors compartan los aprendizajes de sus respectivas industrias para crear experiencias inmersivas y productos inspiradores que sostengan el enorme valor de la tradición pero que también aludan a los gustos y sensibilidades modernas.
¿Que clase de productos y experiencias podemos esperar de esta alianza? Si bien los detalles hechos disponibles por ambas marcas son ambiguos, es evidente que construirán sobre las dos cosas que han hecho famosos los nombres de The Macallan y Bentley Motors: el placer del sabor y el placer de conducir, respectivamente.
En aras de entregar algo que sea un testamento a su compromiso por un futuro sostenible que no se aleje de los valores tradicionalistas, quizá veremos tours hacia la nueva destilería de The Macallan en Speyside que parece combinarse con el paisaje escocés. Para llegar al lugar y volver a casa después de haber degustado las amplias colecciones single malt, es probable que Bentley ponga a disposición de los visitantes un chofer detrás del nuevo Bentley Flying Spur en su aún más nueva iteración híbrida. Ambas cosas materializan las aspiraciones de ambas casas con esta alianza.
Dejando las especulaciones de un lado, la mejor forma de concluir esta pieza editorial es recordar cómo ambas marcas son las mejores en sus respectivos campos. Si bien son un lujo que solo pocos pueden darse, tienen un valor que trasciende el tiempo, que va más allá de un etiqueta con muchos ceros en el precio. The Macallan y Bentley Motors sacian una necesidad emocional con sus productos, y si esta alianza hace que más personas puedan disfrutarlos, hay mucho por lo cual estar emocionados.