Todos recordamos aquellos tiempos cuando éramos adolescentes, las horas parecían ser eternas, el día no aparentaba tener fin, teníamos todo una vida por delante, sin responsabilidades (más que la escuela) y con todo el tiempo del mundo para juntarnos con nuestros mejores amigos y pasar un rato ameno juntos; pero, algo que siempre se ha quedado enmarcado en nuestras memorias es ese amor adolescente, ese que muchos catalogan como el primer amor. Al ver “Heartstopper”, la más reciente serie queer de Netflix, e inspirada en el webtoon del mismo nombre, no pude evitar entrar al baúl de los recuerdos e identificarme con los personajes y sus vivencias a lo largo de los 8 capítulos que conforman la serie.
La historia nos pone en los zapatos de Charlie Spring, un estudiante de la escuela secundaria Truham, quien ya ha salido del closet y resulta fue una serie de bullying en contra de él. La serie nos muestra la relación que tiene Charlie con otro compañero de clases llamado Ben, pero Ben aún no ha salido del closet, por lo cual, cada vez que se vean tienen que hacerlo en secreto. Aquí es donde Charlie conoce a Harry Nelson, otro estudiante de secundaria pero que se encuentra un grado más alto que Harry. Con ese primer momento mágico la historia comienza, una historia donde el amor conoce a la duda, el temor conoce la alegría y un chico conoce a otro chico.
Sin duda el género BL (Boys Love) está agarrando vuelo dentro de la industria. Debo de admitir que la primera vez que me tope con el cómic, a simple vista parecía ser una historia de lo más melosa. Nunca fui fan de la trama del típico chico en el closet y el homosexual teniendo un amor platonico por su amigo heterosexual (creanme que ya he pasado por eso), pero con todo el revuelo que se causo en redes sociales con la salida de la serie, cada día que pasaba, más me acercaba al televisor para darle un vistazo, y vaya que no me arrepiento de hacerlo.
“Heartstopper” es una serie liviana, que trata de tocar temas importantes para toda aquel que se considere parte del gremio LGBTTQ+, me sentí plenamente identificado con la confusión de Nick al no poder identificar su sexualidad. Creo firmemente que todos los que somos parte de la comunidad nos llegamos a sentir como él, asustado por lo que se veía en los medios, confundidos por sentirnos diferentes a los demás, es aquí donde encuentro la verdadera riqueza de la serie de Netflix, supieron manejar tan bien este tema sin tener que llevarlo a un nivel dramático. Por el otro lado tenemos a Charlie, un muchacho que ya se encuentra fuera del closet, situación que lo ha llevado a sufrir de ataques pasivos homofóbicos por el grupo de amigos de Nick, mismos que pertenecían al equipo de Rugby de la secundaria. Algo que debo destacar de la serie es su edición, Netflix trato de que todo se pareciera lo más posible al webtoon, las intervenciones de los garabatos animados, los pequeños truenos cada vez que las manos de Nick y Charlie se tocaban, le agregaron a la serie ese toque especial que la hiciera tan popular.
Y claro, no podía faltar la cereza del pastel, el soundtrack. Si, las actuaciones son magníficas y con solos los actores podrían cargar con todo el peso de la serie, pero las canciones que escogieron como parte del soundtrack en verdad fueron excelentes, cada una de ellas quedaba con las escenas que estábamos viendo, nos hacían enamorarnos de Nick, nos hacían sentir nervios por Charlie y divertirnos con las ocurrencias e ingeniosos “comebacks” de Tao cada vez que tenía que defender a su mejor amigo Charlie de un bully quería lastimarlo, todos necesitamos un buen grupo de amigos como los de Charlie.
En fin, como persona homosexual que soy, encuentro esta serie como un buen estandarte para las futuras generaciones Queer, te demuestra esa lucha que se tiene para encontrarse, para identificarse y más importante para defender lo que eres. Pienso que todos deberían de darle una oportunidad a Heartstopper, no solamente porque su elenco cuenta con la participación (y me pongo de pie) de Olivia Colman, pero porque es una historia que te llega al corazón, es una historia que enseña y es una serie que te deja una sensación de paz una vez que la terminas. ¿Me hace falta una segunda temporada? Definitivamente sí.