Los viajes en carretera son parte integral de la cultura americana: grandes espacios abiertos, grandes aventuras y, de vez en cuando, grandes decisiones esperando a ser tomadas. Claro, usualmente estás decisiones son cosas sencillas como qué botanas comprar en la estación de servicio y quién va a escoger la música, pero navegando por la carretera de Road 96 podemos toparnos con situaciones que inspiran a la alta tensión. Esta aventura narrativa hace un matrimonio improbable entre el estilo de Telltale Games con la toma de decisiones y las consecuencias que llegan como resultado, y la fórmula de prueba y error de un roguelike moderno. El resultado, ademas de ser inesperadamente profundo en sus matices emocionales, crea un viaje en su mayoría cohesivo y consistentemente cautivador hasta su destino final.
No es solo gracias a sus logros técnicos que Road 96 brilla, sino también debido a su colorido elenco recurrente de personajes que conocemos mientras nos dirigimos hacia el norte en un intento de cruzar la frontera y escapar del diatónico país ficticio, Petria. Aunque la ambientación tiene un espíritu noventero, es claro que la inspiración de sus escenarios proviene de la America contemporánea y sus recientes crisis civiles. Petria es una nación dividida y, por lo tanto, las personas con las que nos encontramos aportan diferentes perspectivas que abarcan todo espectro político. Esto por sí mismo da un carisma disfrutable a Road 96 y con cada interacción poco a poco sentimos que su mundo se siente como un genuino ser vivo. Cabe destacar que los momentos de frenesí no abundan, pero los pocos qué hay son significativos y poseen un sólido gravitas. La acción quizá se manifiesta más en la propagación de tus propias creencias políticas, las cuales dan forma al resultado final de Road 96.
Si no quieres estar todo el tiempo tomando decisiones densas, para aliviar la ansiedad provocada por esto existe una variedad saludable de actividades secundarias divertidas en cada parada a lo largo de la carretera. Desde minijuegos que nos dejan hacerle de bartender o despachador de gasolina, hasta ayudar a una mujer policía con una investigación entrevistando a los huéspedes del motel y eliminando sospechosos basados en sus respuestas, las desviaciones del camino principal en Road 96 terminan de convencernos que en ocasiones, el verdadero tesoro son las anécdotas que construimos a través del recorrido.
Volviendo, a los logros técnicos de Road 96, cada viaje a la frontera peatonal toma hasta una hora y puede culminar contigo huyendo exitosamente del país, tu arresto o incluso tu la muerte en cualquier punto del camino, dependiendo de las decisiones tomadas. Esta naturaleza impredecible da una rejugabilidad enorme a Road 96 y hace de cada partida una experiencia única que nos invita a recorrer el camino con esperanzas renovadas una y otra vez.
En conclusión, Road 96 es una aventura tensa y fascinante en igual medida, aunque un lado de la balanza puede verse más favorecido sobre el otro dependiendo de nuestras decisiones. Con personajes adorablemente extraños, diversiones poco convencionales y un mensaje político que no se siente como un sermón en ningún momento, Road 96 sabe cómo ganarse un lugar en nuestra colección y nuestro corazón. Eso sí, algunas deficiencias gráficas y de interfaz, así como la desconexión ocasional entre secuencias de la historia proporcionan algunas lagunas no deseadas, pero son igual de fáciles de ignorar que los pequeños percances de cualquier inolvidable viaje en carretera.