Pregúntale a cualquier fan de Star Wars qué parte de la franquicia es la que más anhela recrear en un videojuego, y probablemente te dirá dos cosas: intensos duelos con sables de luz y épicas batallas espaciales. El año pasado le tocó a Star Wars Jedi: Fallen Order de Respawn entregarnos la primera de estas fantasías hechas realidad a través de un paquete poderoso y elegante que, además de satisfacer nuestra necesidad por frenéticas batallas con espadas láser, ofrecía una historia lo suficientemente elaborada como para no tener nada que envidiarle a sus contrapartes de la gran pantalla. Ahora, otro estudio de Electronic Arts, Motive, pretende materializar la segunda de nuestras fantasías sobre aquella galaxia muy, muy lejana con Star Wars: Squadrons, un juego de combate espacial que nos coloca en la cabina de las naves espaciales clásicas de Star Wars, desde los cazas TIE del Imperio hasta y los icónicos X-Wing de la Rebelión. Con una campaña de historia única y modos multijugador robustos inspirados en las series Battlefield y Battlefront de EA, pareciera que Squadrons es un éxito asegurado, pero, ¿acaso todo es tan bueno como suena?
Para descubrir si acaso Squadrons logra cumplir en la práctica todo lo que promete en la teoría, tenemos que empezar discutiendo su gameplay. Este no es el primer juego de combate espacial basado en la franquicia de Star Wars; e independientemente del veredicto que se tenga sobre Squadrons, nos atrevemos a decir que tampoco será el último. Sin embargo, Squadrons tomó esto a su favor, optando por el camino de la evolución en lugar del de la revolución; tomando las mecánicas que ya habíamos visto en Rogue Squadron del Nintendo 64 y Battlefront II del PlayStation 2 para pulirlas de una forma que encajara en el 2020 y al mismo tiempo mejorara sobre las posibles deficiencias de sus predecesores. Como resultado, no tenemos forma de decir que este es el mejor juego de combate aéreo de todos los tiempos, pero hay buenos argumentos para apoyar la idea de que se trata del mejor juego de naves espaciales basado en Star Wars que hemos visto hasta la fecha. Gran parte de ello se lo debemos a sus controles, los cuales son increíbles. Se colocó mucha atención en ellos para que realmente nos sintiéramos parte de la acción en cada combate, cuidadosamente colocando a enemigos en nuestra mira o esquivando obstáculos espaciales que aparecen en nuestro camino en último momento. Podemos controlar la velocidad, altitud y agilidad de nuestra nave de una manera realmente profunda, pero nunca llega a sentirse como un simulador de vuelo, pues su espíritu de juego pertenece más al tipo arcade. En pocas palabras, Squadrons recompensa a los jugadores con mucha destreza en sus pulgares, pero no es obligatorio ser un experto piloto para poder divertirse.
Habiendo dicho esto, es obvio que cada rincón del gameplay de Squadrons está diseñado para hacernos sentir dentro del universo de Star Wars. Por eso, no es sorpresa que aquí haya una historia que perfectamente complementa las mecánicas de juego. Eso sí, no se trata de la narrativa más compleja o con más rostros familiares de la mitología de la Saga de los Skywalker, pero es lo suficientemente simple y encantadora como para dar cierto sentimiento de gravitas hasta en la misión más pequeña. Para no entrar en territorio de spoilers, sólo diremos que se trata de una historia más que pretende rellenar el vacío entre el Episodio VI y el Episodio VII, en el proceso resolviendo algunos de los misterios que todavía existen en esa brecha de tiempo mientras encarnamos a pilotos de la Nueva República y de los Vestigios del Imperio que pelean por el control de la Galaxia. En sí, la premisa es de lo más sencilla, pero hemos aprendido con el pasar de los años que cuando se trata de la saga de Star Wars, entre más sencillo es el punto de partida mejor es el desarrollo de la trama. Y sí, esta es una forma subversiva de quejarnos de lo que pasó con The Last Jedi y The Rise of Skywalker. Todavía no podemos olvidar esas abismales metidas de pata.
Sumando todos estos elementos que Squadrons ofrece, lo más probable es que no vamos a querer despegarnos de este juego por un rato, pero una vez que la campaña llega a su fin, ¿a dónde iremos para poder continuar con este sentimiento de frenesí? Bueno, aquí entra el apartado multijugador, otro aspecto verdaderamente destacable. Los variados modos de juego, directamente sacados de Battlefront y Battlefield, ofrecen retos constantes, incluso para los que al final de la campaña sintieron que dominaban a la perfección su nave. De hecho, hablando acerca de los vehículos espaciales, en el apartado multijugador tendremos que cambiar nuestra forma de pensar respecto a ellos. La amplia variedad de naves no existe para darnos la opción de subirnos a la que mejor se acomode a nuestro estilo de juego, sino para permitirnos escoger aquella que mejor cumpla los objetivos que buscamos en la partida. Por ejemplo, los clásicos TIE y X-Wings son excelentes para las batallas de gran escala, en donde lo que realmente importa es derribar a todos los enemigos posibles como si fuéramos una versión espacial del Barón Rojo. No obstante, del otro lado de la ecuación encontramos vehículos destinados a cosas un poco más estratégicas para cuando la batalla debe de ganarse con inteligencia en lugar de fuerza, tales como el bombardero Y-Wing o el Reaper Imperial. La versatilidad de estos vehículos crea capas de complejidad inesperadas que garantizan mucho tiempo de diversión en Squadrons, incluso cuando parece que ya hemos visto todo lo que el juego tiene para ofrecer.
Hasta aquí parece que Squadrons cumple con todas las promesas que le hizo a los fanáticos de Star Wars, pero no todo podía ser miel sobre hojuelas. Aunque esta es una experiencia que todo fanático de la saga va a querer vivir, lamentablemente no es una diseñada de manera universal. Por esto nos referimos a que si realmente quieres ver el máximo esplendor de Squadrons, vas a necesitar de una computadora o consola verdaderamente poderosa que pueda procesar los avanzados gráficos que el juego ostenta. Sí, no es obligatorio correr el juego en su máxima resolución, pero es tanto el detalle que se colocó sobre sus texturas, efectos de luz y sombras, así como el modelado de naves y personajes que es prácticamente indistinguible de lo que veríamos en un blockbuster hollywoodense, que jugar Squadrons en cualquier configuración que no sea la máxima sería perderse de una gran parte de lo que hace de la experiencia algo tan especial. Parafraseando a Geralt De Rivia, sería como pedir un delicioso pay sólo para recibirlo y descubrir que no tiene relleno.
Incluso con este problema técnico sobre la mesa, no podemos evitar recomendar Star Wars: Squadrons de todas maneras. Sí, quizá no tener el set-up más poderoso demerita un poco la experiencia, pero incluso jugar Squadrons a la mitad de sus capacidades máximas es todo un deleite. Son pocos los juegos que genuinamente podemos categorizar como cartas de amor a una franquicia, y nos da enorme placer decir que este es uno de ellos. Como dijimos, no es el juego de combate espacial perfecto, pero a los ojos de un fanático de la franquicia, son las grietas en Star Wars Squadrons las que dejan que entre un poco de luz.
Pregúntale a cualquier fan de Star Wars qué parte de la franquicia es la que más anhela recrear en un videojuego, y probablemente te dirá dos cosas: intensos duelos con sables de luz y épicas batallas espaciales.
Star Wars: Squadrons, un juego de combate espacial que nos coloca en la cabina de las naves espaciales clásicas de Star Wars, desde los cazas TIE del Imperio hasta y los icónicos X-Wing de la Rebelión. Con una campaña de historia única y modos multijugador robustos inspirados en las series Battlefield y Battlefront de EA, pareciera que Squadrons es un éxito asegurado.
9
Historia:
9
Gráficos:
8
Jugabilidad:
10
Ambientación:
9