Hablemos del Mustang Mach E. Para muchos, será sacrilegio el hecho de que esta pequeña SUV eléctrica porte el legendario nombre “Mustang”. Después de todo, usualmente asociamos al nombre “Mustang” con coupés deportivos con motores V8 que son malos para el medio ambiente pero buenos para la felicidad del corazón. Poner un motor eléctrico en una camioneta de cuatro puertas y llamarla la más reciente adición al linaje Mustang rompe con más de 50 años de tradición…pero quizá es lo que Ford necesita para mantenerse a flote en el cambiante mercado.
La cruda realidad es que autos como el Ford Mustang tradicional no estarán entre nosotros por mucho tiempo, pues poco a poco están siendo reemplazados por alternativas eléctricas. Bajo este lente, quizá el Mustang Mach E tiene un POCO más de sentido, y si dejamos de lado la controversia que rodea su nombre podemos encontrar una propuesta eléctrica bastante interesante.
Primero está su presentación. Aunque la intención del Mustang Mach E es llevar a Ford al futuro, su diseño es relativamente tradicional. Básicamente es un Mustang de la presente generación que ha sido puesto en zancos y se le han agregado dos puertas traseras. El resultado es una silueta elegante que inspira deportividad, algo no muy alejado del diseño del auto original, pero con el valor agregado de poder sentar cómodamente a cinco personas. Al tratarse de un auto eléctrico, su motor no está enfrente ni detrás, sino en medio, permitiendo que tengamos una cajuela frontal y una trasera. Solamente estas dos cosas ya hacen del Mach E un Mustang mucho más práctico que su contraparte de gasolina.
Dentro de la cabina la historia es un poco distinta. En lugar de un tacómetro e instrumentaciones análogas, tenemos una pantalla detrás del volante que presenta toda la información necesaria para el conductor. En el centro hay una enorme pantalla que controla el resto del sistema de entretenimiento del Mach E. Aquí también encontramos una perilla que controla la transmisión automática similar a la que vemos en las camionetas Ford de lujo. Si bien no es el interior más futurista del mercado, en comparación a otros Mustang y al resto de los autos de Ford, el Mach E tiene una cabina sumamente avanzada con pantallas por todos lados que nos dan total control sobre cada aspecto del vehículo; desde el volumen de la música, hasta el modo de manejo.
Ya que tocamos el tema, ¿cómo es manejar el Mustang Mach E? La experiencia de manejo en general ha sido refinada para imitar la que tendríamos detrás del volante de un Mustang tradicional, pero no se siente como algo que encaje muy bien con una SUV. Es casi cómico lo mucho que el Mustang Mach E se esfuerza para que imaginemos que estamos manejando un Mustang GT: la suspensión es increíblemente parecida y a través de sus bocinas simula el ruido que haría un motor V8 debajo del capó. El problema aquí es que en su afán por ser un Mustang GT, y a pesar de tener una clara y disfrutable inclinación deportiva en su manejo, el Mustang Mach E fracasa en ser especial bajo sus propios méritos. No podemos apreciar las cosas únicas que el Mach E trae a la mesa porque es imposible separarlas de todo lo que se ha logrado antes bajo el nombre “Mustang”.
La solución es clara, ¿no? ¿Quitarle la palabra “Mustang” al Mach E para que podamos verlo con ojos imparciales? Francamente, eso tampoco funcionaría. Irónicamente, de la misma forma que llevar el nombre “Mustang” hace daño a como juzgamos la experiencia del Mach E, también es uno de sus mejores atributos. La sola asociación del nombre “Mustang” con este auto eléctrico lo hace sentir importante, y es obvio que esa era la idea de Ford a la hora de optar por una nomenclatura tan controversial.
¿Recomendaríamos la compra del Mustang Mach E en lugar de un Jaguar I-Pace o un Tesla Modelo S? Probablemente no, porque en términos estrictos no es un auto superior a la competencia, pero la sola asociación de este nuevo modelo con el extenso legado del Mustang es algo que definitivamente vale la pena considerar. Sobre la marcha, sabemos que Ford poco a poco irá refinando los detalles de futuras iteraciones del Mach E hasta que deje de sentirse como un imitador del Mustang y logre convertirse en un digno heredero del nombre para los tiempos eléctricos.