Cada año, es más o menos por estos días cuando vemos que el internet está llegando a una resolución para un complicado y controvertido debate: ¿quién ganó la más reciente edición de la E3?
En años anteriores, este debate era una excelente forma de contrastar los vicios y virtudes de las grandes compañías de videojuegos. Podíamos, por ejemplo, premiar la innovación constante de Nintendo, condenar la falta de exclusivos para Xbox o tener sentimientos encontrados sobre los anuncios de PlayStation. Queda claro, entonces, que tratar de identificar un ganador para la E3 no se trataba de ciegamente levantar un nombre sobre todos los demás como un vencedor absoluto, sino un ejercicio en el que imparcialmente juzgaremos el desempeño de los grandes exponentes de la industria. El panorama del 2021, sin embargo, no se prestaba para continuar con esta tradición.
El 2020 vio el evento cancelado por la contingencia mundial de salud, y la edición 2021 no tuvo más remedio que presentarse en formato virtual. El resultado, sin embargo, fue un evento que se sentía como una mera sombra de su pasado. PlayStation estuvo ausente, Xbox aprovechó para presumir su adquisición de Bethesda en una conferencia que no se sentía fiel a la filosofía de ninguna de las dos compañías y Nintendo hizo anuncios buenos pero predecibles. Más allá de esto, compañías que nunca habían tenido una conferencia tal cual como Bandai Namco tomaron el escenario, resultando en unos largos minutos de incomodidad y revelaciones de poca fanfarria.
En este caso, ¿quién podríamos decir que ganó la E3 2021? La respuesta más adecuada, probablemente, sería nadie. Con la E3 presentándose en un formato ajeno a su espíritu original y la ausencia de notables nombres en la industria, la edición del 2021 parecía estar destinada al fracaso desde incluso antes de dar inicio, pero no creemos que tomar la ruta cínica sea la mejor opción. En lugar de decir que nadie ganó la E3 2021 por cualquier argumento que haga referencia a sus anuncios poco emocionantes o calidad predecible, preferimos decir que todos ganamos con la E3 2021 por el simple hecho de que su sólo existir es un tremendo logro para la industria.
Si bien no podríamos decir que la E3 2021 fue algo alucinante, es obvio que ser impactante nunca fue una prioridad. Las grandes compañías de videojuegos no se reunieron en esta ocasión para ver cuál era la mejor de todas, sino para tratar de entregar una semblanza de normalidad a las audiencias. En lugar de ver los anuncios de Metroid: Dread o los detalles sobre Halo: Infinite como cosas que no nos satisfacen del todo, deberíamos de apreciarlos como esfuerzos por parte de la industria para hacernos olvidar la apremiante situación actual.
Tampoco es como si los grandes estudios estuvieran descansando sobre sus laureles. Todo el 2020 y lo que va del 2021 ha sido un reto tremendo para ellos. En este relativamente corto periodo de tiempo, han tenido que aprender a desarrollar videojuegos a distancia, a enfrentar nuevas regulaciones de comercio internacional, tener consideración por el cambiante clima político de inclusión y (quizá más importante) sobrevivir en una crisis de un riesgo literalmente mortal. Con todo esto sobre la mesa, si la E3 hubiera decidido saltarse otro año no podríamos culparlos…pero no lo hicieron.
¿Recuerdan la frase “la intención es lo que cuenta”? Usualmente hacía referencia a cómo no debíamos de despreciar lo que se nos regalaba porque, primero, no sabíamos qué tanto le había costado a la persona poder dárnoslo y, segundo, lo verdaderamente importante era el cariño con el que se nos estaba entregando el regalo en cuestión. Al pensar en la E3 2021 esta es la mentalidad que deberíamos tener: apreciar cómo los grandes estudios reconocieron una responsabilidad con nosotros como audiencia y decidieron entregarnos ALGO para cumplir con la tradición de la E3.
No estamos tratando de decir que deberían de abstenerse de tener una conferencia favorita en esta edición del evento. Si genuinamente crees que Nintendo ganó la E3, tienes todo tu derecho de mantener esa postura y defenderla a capa y escudo. No obstante, recomendamos también tomarse un par de minutos para apreciar cómo la E3 2021 intentó hacernos sentir que las cosas volvían a la normalidad, mostrar un frente unido en la industria y, como siempre, darnos algo por lo qué emocionarnos.
En estos tiempos, necesitamos cosas como esta más que nunca.