Bungie ha despedido a 220 empleados y ha tomado decisiones estratégicas significativas. La compañía ha cancelado el desarrollo del spin-off de Destiny llamado Payback y ha decidido no trabajar en Destiny 3, enfocándose en cambio en actualizaciones más pequeñas y gratuitas para Destiny 2.
En lugar de grandes expansiones anuales, Bungie planea lanzar actualizaciones de menor escala para Destiny 2, similares al modelo de «Into the Light». Estas incluirán nuevas actividades, espacios sociales, armaduras y armas icónicas, y serán gratuitas. Este cambio busca mantener y atraer a los jugadores ofreciendo contenido continuo y atractivo.
El proyecto Payback, que iba a ser un juego en tercera persona ambientado en el universo de Destiny, fue cancelado hace dos meses. Bungie ha redirigido al equipo de Payback para trabajar en Marathon, un juego de servicio en vivo enfocado en PvP, previsto para 2025.
Los despidos han generado críticas hacia el CEO de Bungie, Pete Parsons, y la salida de veteranos ha dejado incertidumbre sobre el futuro de la compañía. Bungie está trasladando a 155 empleados a Sony Interactive Entertainment y trabajando en un proyecto de incubación llamado Gummybears.
A pesar de los desafíos financieros y organizativos, algunos empleados se mantienen optimistas sobre el futuro de Destiny 2 bajo la dirección de Tyson Green. Bungie busca reestructurarse para ofrecer experiencias de alta calidad con un equipo más reducido y plazos más ajustados.