A simple vista, Speaking Simulator es uno de esos juegos de simulación que enfatizan la comedia mecánica y la ridiculez sobre cualquier otra cosa, pero si ponemos un poco de atención a sus pequeños detalles podemos notar que es mucho más que eso. No vamos a decir que es algo así como una obra maestra que merece ser galardonada por todas las instituciones expertas, pero si desacreditamos a este título como un juego mas del monton y terminamos ignorándolo estaríamos cometiendo un grave error.
En Speaking Simulator asumimos el rol de un androide que está intentando hacerse pasar por un humano. Este es el primer paso en un complicado plan hacia la conquista del planeta. Para poder lograr pasar desapercibido entre el resto de las personas, deberemos aprender a cómo entablar una conversación con un ser de carne y hueso. Suena sencillo en teoría, pero aquí encontramos una complejidad mecánica muy interesante que inesperadamente nos hace simpatizar con este ente mecánico.
Una de las situaciones en las que Speaking Simulator nos lleva para aprender a hablar como un humano es el contexto de una primera cita. Todos los que ya hemos estado en esa posición en la vida real sabemos que de entrada una primera cita puede llegar a ser bastante incómoda y tentar al nerviosismo, ahora, si a eso le agregamos el hecho de que simplemente enunciar una palabra es toda una tarea, tenemos entre manos una sesión de juego bastante estresante pero a la vez muy divertida.
Para que de nuestra boca salgan enunciados deberemos de manipular los labios de nuestro amigo robótico con el mouse, moviéndolos de lado a lado, y hacer lo mismo con la lengua, la cual se ve controlada por las teclas WASD. Extrañamente, aquellos que son altamente eficientes a la hora de jugar shooters en PC encontrarán que la destreza de sus dedos es increíblemente efectiva a la hora de enunciar palabras en Speaking Simulator, ¿quién diría que un título tan distinto como CS:GO compartiría muchas de sus particularidades de control con esta bizarra joya independiente?
Decimos que este juego de simulación destaca del resto porque no tenía por qué molestarse en crear mecánicas tan bien hechas y desafiantes, especialmente cuando este particular nicho del mercado se ha beneficiado de presentar controles que se sienten rotos e incompletos la mayoría del tiempo. No es ninguna exageración decir que Speaking Simulator está a la altura de Surgeon Simulator o Goat Simulator, en el sentido de que es inesperadamente brillante por razones que simplemente no deberían de tener sentido.
Lo que además hace de este juego algo especial es el mensaje oculto que carga consigo: ninguno de nosotros ha sido una cabra o difícilmente un cirujano, pero todos hemos en algún momento de nuestra vida tenido problemas para encajar en un ambiente en el que nos sentimos extraños. Si alguna vez te dijeron que pronunciabas mal una palabra y nunca más pudiste volver a decirla sin dudar un poco sobre si estabas haciéndolo bien o no, definitivamente vas a sentir una conexión con Speaking Simulator. Rayos, nunca creímos encontrar tanta lógica a un juego que carece de sentido.