The Sojourn es un juego de puzzles en primera persona que nos presenta una de las mejores propuestas dentro del género. Estamos hablando del primer proyecto de Shifting Tides, un estudio fundado en 2008 comprometido a crear títulos que no sólo sean innovadores en su diseño, sino que también resulten memorables en el ámbito narrativo. The Sojourn con su naturaleza al estilo puzzle suena como un buen lugar para cumplir con esta misión, y podemos notar que su clásica historia sobre luz y oscuridad no pierde tiempo en dar los primeros pasos hacia una experiencia muy especial.
En primer instancia, el objetivo principal del juego podrá llegar a parecer algo confuso, pero al cabo de unos minutos con el control en mano nos queda claro que se nos está invitando a través de este mundo de luces y sombras a hacer una reflexión personal al mismo atravesamos mundos paralelos de luz y oscuridad en busca de respuestas. Los niveles se cargan pieza por pieza, como si alguien estuviera construyendo un entorno de Lego en tiempo real, mostrándonos castillos, pequeños pueblos y hasta cúspides de montañas sobre el horizonte a la distancia renderizandose poco a poco.
The Sojourn nos coloca en este mundo de ensueño con solo algunas luces flotantes para hacernos compañía. Esas luces nos dirigirán a habitaciones llenas de puertas con rompecabezas sorprendentemente difíciles detrás de cada una. Se nos pinta un origen en el que nacimos en una tierra hermosa y pura, pero las cosas han cambiado mucho desde aquella pacífica era ya que la oscuridad se filtra ahora a través de cada grieta y forma la base del mundo en el que ahora estamos condenados a existir. De aquí deriva el nombre del juego, The Sojourn, que se traduce como una estancia temporal; no queremos quedarnos hundidos para siempre entre sombras y oscuridad. Esta obra pretende que abramos los ojos a la luz en más de un sentido, no sólo sobre lo que podrá revelar acerca del mundo que nos rodea sino cómo nos hace sentir emocionalmente.
Si eres amante del ajedrez, los acertijos aquí propuestos te complacerán, pero si no tienes pasión por los juegos de mesa o estrategia cabe la posibilidad que no encuentres encanto en sus dinámicas. El verdadero encanto aquí, sin embargo, es la propuesta ambiental y visual de The Sojourn. Aunque hay poco contexto que justifique el por qué nuestro personaje atraviesa un mundo que se materializa poco a poco a su alrededor, y lo más parecido a una narrativa que ofrece el juego son las estatuas ocasionales de personas con los ojos vendados que forman escenas que quedan totalmente a la interpretación del jugador y algunos poemas cortos o citas textuales que podrían estar fácilmente escritas en una galleta de la fortuna, quizá la intención desde un inicio fue siempre tentar a la ambigüedad.
Como dijimos, el estudio detrás de The Sojourn pretende crear juegos que más que meros instrumentos de entretenimiento resulten experiencias profundas. Con el manejo de las luces y sombras, además de la colección de eclécticos escenarios que las acompañan, The Sojourn resulta ser exactamente eso.
Lo mejor de una obra de arte es que queda totalmente expuesta a la interpretación de la audiencia, de ahí podemos decir que la belleza es subjetiva pero no estamos del todo de acuerdo. Creemos que hay estándares dorados de belleza, cosas que serán hermosas en cualquier momento y en cualquier lugar. The Sojourn tristemente no es una de ellas, no es para todos los gustos pero aquellos que encuentren el brillo en esta obra quedarán deleitados de una manera irreversible. Sólo recuerda que se requiere mucho más que sólo luces y sombras para entender el complicado mundo que nos rodea.