RESEÑA – Kena: Bridge of Spirits

Ember Lab es un estudio de animación que llevaba tiempo incursionando en el mundo de los videojuegos tomando licencias de franquicias exitosas y haciendo cortos visuales que llamen la atención de los entusiastas del videojuego. Ahora, el estudio ha dado al salto al desarrollo videojueguil y evidentemente ese salto iba ser del interés de toda la industria. Desde que su primer obra, Kena: Bridge of Spirits, se anunció, llamó la atención del respetable, sí, mucho de ello fue la calidad visual con la que su estudio cuenta, pero también por su propuesta fresca y divertida, y tenemos que decir que sobresale en ambos sentidos, por ello es que les tenemos que platicarte sobre este juego. 

Hay que decirlo de entrada, a pesar de que se trata de un estudio que antes solo se enfocaba en lo audiovisual, la historia de Kena: Bridge of Spirits tampoco es que sea su apartado más fuerte, al contrario, creemos que es un juego que no toma muy en serio su historia pero que quiere complementar y subsanar esto con una ambientación como pocas. El título nos cuenta sobre Kena, una joven guía espiritual que viaja a una aldea abandonada en busca del santuario sagrado de la montaña. Luchará por descubrir los secretos de esta comunidad olvidada y escondida en un bosque cubierto de vegetación, donde los espíritus errantes están atrapados. 

Si está descripción suena genérica es porque lo es, no obstante, esto no quiere decir que la excusa de recorrer estos paisajes no funcione, y más si consideramos que es el mundo de Kena el que se lleva el cuidado más grande del juego. Se trata en su mayoría de una experiencia lineal, pero conforme vamos abriendo camino en cada una de las áreas a explorar, es que vemos cómo se crea esta especie de ramificación en su mundo, cosa que hace la exploración más compleja de lo que un juego lineal nos puede ofrecer. Y esto se agradece porque sí que vamos a querer explorar este mundo bien hecho y que nos hace sentir la frescura de sus bosques.  

Al principio pareciera que todo el juego gira en torno al uso del arco y las flechas, no solo por el combate, sino por la mecánica plataformera de la que el juego hace uso, pero conforme avanzamos en esta experiencia de 10 a 12 horas de juego, es que vemos cómo detalles como las bombas van adquiriendo una dinámica mayor. Esto queda perfecto para explorar e ir encontrando a los Rots, pequeñas criaturas tímidas e ilusorias que rondan los bosques y que mantienen el equilibrio al descomponer elementos muertos y podridos. Como si se trataran de una suerte de pikmins, estas criaturas nos ayudarán en nuestro camino, detalles que agregan otra capa a la mecánica plataformera del juego. 

Lo combates de Kena: Bridge of Spirits no superan la ambientación o las mecánicas de plataformas pero aún así ofrecen la suficiente profundidad y variedad para divertirnos y hacernos pasar un reto considerable, sobre todo por la variedad de enemigos que nos exigen estrategia de combate distintas, sin mencionar las batallas contra los jefes que siempre son un reto interesante y muy bien orquestado. 

Evidentemente el apartado más fuerte del juego es el visual, no porque sea perfecto y sea un portento gráfico, sino porque Ember Lab ha conseguido llevarnos a un mundo vivo que se siente y respira tanto por su gráficos y ambientación, como por sus cuidadas animaciones, con experiencies faciales y detalles gráficos que hacen que nos sintamos inmersos en este juego. No vamos a decir que el juego no tenga errores, claro que hay detalles que saltan a la vista, como el manejo de los cuadros por segundo cuando pasamos del combate a las cinemáticas, o algunos detalles mecánicos algo torpes, pero esto seguro se solucionará rápido por medio de algunos parches tempranos. 

Con esto último queremos dejar claro que Kena: Bridge of Spirits no es un juego perfecto, pero sí que es uno recomendado por la experiencia mecánica y visual que ofrece. No está nada mal para ser el primer juego de su estudio, y de seguro nos estarán sorprendiendo en un futuro no muy lejano, por ello es que no te puedes perder esta divertida experiencia videojueguil.