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RESEÑA – Riders Republic

Los juegos de deportes extremos ya no inspiran la misma emoción que en los 90 o inicios de los 2000. La tendencia de la industria se ha orientado más hacia los títulos de acción y disparos, las obras densamente narrativas y (más recientemente) los Battle Royale y juegos competitivos. Con este panorama, pareciera que Riders Republic, la más reciente propuesta deportiva de mundo abierto de Ubisoft, llega para satisfacer a un público de nicho y no llamar la atención de nadie más allá de los genuinos fanáticos de la adrenalina en formato virtual. No obstante, pequeños y grandes detalles en el diseño de Riders Republic dejan claro que esta es una obra que puede ser disfrutada por una amplia audiencia; tanto para los que saben hacer trucos de patineta en la vida real como aquellos que tristemente carecen de coordinación motriz. 

No te preocupes si perteneces al segundo grupo, por cierto. Riders Republic presenta mecánicas intuitivas en su jugabilidad que hacen que no sea para nada complicado dominar cualquiera de las disciplinas que se nos presentan: snowboarding, ski, cross-country o incluso volar por los cielos con un traje aéreo serán tareas sencillas de llevar a cabo, pero el verdadero reto será ejecutarlas con el mayor estilo posible. Así como lo hicieron los juegos de Tony Hawk muchos años atrás, Riders Republic invita al jugador a ejecutar grandes trucos en el aire, en tierra o básicamente en cualquier momento que sea posible. Es precisamente en este apartado donde encontramos el factor “diversión” tipo arcade que llamará la atención de los no iniciados en los juegos de deportes extremos. Desde esquiar de espaldas hasta dar vueltas en el aire con tu bicicleta justo antes de cruzar la línea de meta, Riders Republic constantemente propone nuevas maneras de empujar los límites de nuestro personaje y su destreza…lo bueno es que si nos equivocamos en el truco y caemos decenas de metros hacia el suelo, nosotros no sufriremos ningún rasguño en la vida real.

Los más adeptos a este género notarán qué hay ciertos paralelismos con Steep, otro juego de deportes extremos de Ubisoft que ofrecía algunas cosas parecidas a Riders Republic. No obstante, mientras que Steep buscaba ser un poco más sobrio y realista en su desempeño, Riders Republic abraza el caos que sólo puede manifestarse en el formato multijugador. Por ejemplo, hay una carrera con más de 60 jugadores al mismo tiempo en que la mejor forma de ganar el primer lugar es francamente tener muchísima suerte; piensa que es algo así como un segmento tipo Fall Guys pero con deportes extremos. Otra competencia en línea reta a los participantes a realizar los trucos más alucinantes, en la que el mejor de ellos va a llevarse la corona a casa. Nada de esto tiene mucho sentido y ningún órgano regulador de los X-Games se atrevería a tomar la tarea de burocratizar estas competencias, pero eso es parte del encanto: pintar un mundo de deportes extremos de rienda suelta. ¿Qué otra competencia te dejaría pintar a tu avatar con piel verde y ponerlo en un traje de dinosaurio? Ninguna. Más que Riders Republic…y quizá en Tlaxcala. 

Ya que hablamos de riendas sueltas, tenemos que mencionar el mundo abierto de Riders Republic. Una y otra vez hemos alabado el dominio que Ubisoft tiene en esta disciplina, creando un mapa amplio que parece tener vida propia e invita a la exploración al mismo tiempo que ofrece mucho por hacer al jugador en cuestión de oportunidades para trucos o experimentar posibles estrategias para tomar ventaja en su siguiente competencia. De hecho, si llegas a sentirte harto de las carreras o el estrés por querer ser el primero en cruzar la línea de meta, puedes tomarte un tiempo para relajarte en los bellos escenarios nevados de Riders Republic, tomando velocidad y perdiéndote en la atmósfera sin tener que poner atención a cuál es tu puntuación o algo por el estilo; siendo sinceros, esto trae una relajación casi tan profunda como el simplemente conducir tu auto siguiendo las leyes de tránsito lo mejor posible en un Grand Theft Auto.

Riders Republic no está libre de fallas, claro. Como es de esperarse de un juego tan gráficamente ambicioso que además depende mucho de su naturaleza multijugador en línea, hay bugs y glitches ocasionales que rompen la inmersión en la experiencia. Más allá de eso, si bien sabe cómo llamar la atención de distintas audiencias, no va a poder retenerlas a todas: la rejugabilidad de Riders Republic es muy amplia, pero es directamente proporcional a qué tanto disfrutes de la competencia e ir puliendo tus habilidades en las diversas disciplinas. Muchos encontrarán que después de un rato, las cosas se sienten cada vez menos entretenidas, hasta que eventualmente pierden su encanto. De igual manera, no dudamos en recomendar esta aventura de deportes extremos. Riders Republic, con su espíritu de una época pasada en la industria de los videojuegos, se las ingenia para encajar en tiempos modernos.

Riders Republic presenta mecánicas intuitivas en su jugabilidad que hacen que no sea para nada complicado dominar cualquiera de las disciplinas que se nos presentan

Así como lo hicieron los juegos de Tony Hawk muchos años atrás, Riders Republic invita al jugador a ejecutar grandes trucos en el aire, en tierra o básicamente en cualquier momento que sea posible.

7
Jugabilidad:
8
Graficós:
7
Música:
6.5
Inmersión del jugador:
6.5

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