Vivimos en un buen tiempo para ser fanáticos de Star Wars. Además de tener producciones recientes como The Mandalorian y The Bad Batch que han sabido cautivar audiencias, el apartado videojueguil también ha visto adiciones bastante atractivas. No sólo hablamos de lanzamientos modernos, sino también de los nuevos ports de clásicos de la franquicia como Episode I: Racer y Republic Commando. Entre estos títulos de estatus legendario, al que le faltaba recibir una dosis de modernidad era a Star Wars: Knights of the Old Republic, o KOTOR si quieres abreviar su largo nombre, un detalle que nos pareció curioso al recordar que muchos lo consideran el mejor título de Star Wars de todos los tiempos. Ahora que lo tenemos entre manos en el Nintendo Switch estamos contentos de que una nueva generación pueda disfrutar de este clásico RPG, pero, ¿acaso ha sabido pasar la prueba del tiempo para deleitar a gamers modernos como lo hizo hace casi 20 años o sirve más como una reliquia de su tiempo que debe apreciarse como lo haríamos con un balero tradicional de madera? La respuesta es un poco complicada.
Hay que empezar por pintar el contexto del juego para los no iniciados. Si ninguno de los rostros en KOTOR resulta familiar es porque su historia toma lugar unos 4000 años antes de los eventos de las películas. En esta era, los Sith abundaban y estaban amenazando la integridad de la República. La única línea de defensa que se tenía contra ellos eran los valientes Caballeros Jedi, así como uno que otro cazarrecompensas con corazón de oro y robot asesino de moral dudosa. A nosotros nos toca asumir el rol de uno de estos guerreros para intentar traer la paz de vuelta a la galaxia, topándonos con unos inesperados giros a la trama que en definitiva superan cualquier calidad narrativa de la reciente trilogía de películas. Tener esta versión antigua de la Republica no sólo nos permite explorar un mundo que se siente familiar y nuevo a la vez, sino la excusa perfecta para descubrir detalles de la mitología de Star Wars que las películas y series modernas no alcanzan a cubrir.
Vale la pena aclarar que mucho de lo que se ve en KOTOR ha sido eliminado del canon oficial de Star Wars, pero sigue siendo una forma ideal de ampliar nuestro conocimiento sobre la saga para poder impresionar a fanáticos veteranos. Incluso si las historias están fuera de continuidad, al ser un juego de BioWare (antes de que perdiera el toque) las narrativas que vemos en pantalla son profundas y llamativas, terminaremos realmente sintiéndonos apegados al elenco de personajes que nos acompaña en la aventura contra los Sith y no podremos evitar preguntarnos cómo fue que el estudio no supo replicar estas sensibilidades con Mass Effect: Andromeda.
El aspecto narrativo, claro, es sólo la mitad de la experiencia, pues KOTOR también destacó en su momento por su apartado técnico. No tenemos que aclarar que este es un RPG de acción chapado a la antigua, repleto de comandos y un sistema de combate lento pero efectivo que quizá contrasta con las mecánicas más frenéticas de hoy en día, pero que a final de cuentas es digerible y se adapta muy bien al interfaz del Nintendo Switch. Tenemos que admitir que alguien acostumbrado a RPGs de acción modernos como la serie de Mass Effect, The Elder Scrolls o The Witcher inicialmente podría sentir que el juego es lento, pero conforme avanzamos en las secuencias de combate, exploración, puzzles y esos árboles de conversación que hicieron famoso a BioWare es obvio qué hay encanto en esta experiencia un poco más relajada que a final de cuentas nos deja siempre queriendo más.
Tenerlo en el Nintendo Switch, lamentablemente, no es necesariamente una victoria. En el modo portátil, el juego se ve bastante bien, pero dando el salto al modo de consola de sobremesa podemos apreciar que el retoque visual no es lo suficientemente bueno como para que KOTOR encaje con títulos contemporáneos. Sí, el juego nunca destacó por su apartado visual, pero en el tiempo transcurrido entre su lanzamiento inicial y el 2021, las audiencias se han vuelto más exigentes con respecto a la calidad gráfica y habrá algunos jugadores que desprecien este port por su falta de brillo en este departamento; especialmente porque su sucesor espiritual, el MMORPG The Old Republic, ostenta una presentación mucho más llamativa que la de KOTOR. Por último, si bien los controles del juego se adaptan perfectamente al Nintendo Switch, no hay ninguna ventaja perceptible sobre la configuración original de mouse y teclado o mando tradicional.
Con todo esto sobre la mesa es claro que, si bien KOTOR aún puede ser divertido a pesar de los años que se carga, tenerlo en Nintendo Switch no lo hace aparente a simple vista. Es bueno que, al tener una amplia base de usuarios jóvenes, el Nintendo Switch vaya a abrirle las puertas a una nueva audiencia para que disfrute de este clásico de Star Wars, pero fuera de ello no hay ninguna otra ventaja de que la consola híbrida sea el nuevo hogar para este seminal RPG. El lado amable es que pudimos comprobar que todavía hay lugar para el mundo de la Antigua República a pesar de las casi dos décadas que han pasado desde su debut, y con un remake más apropiado para PlayStation 5 en camino, esta es una buena noticia. Quizá, si quieres conocer este rincón de los mitos de Star Wars con el asombro que se merece, deberías de esperar a que llegue la reimaginación para la nueva generación de consolas e ignorar este port de Switch.
Si ninguno de los rostros en KOTOR resulta familiar es porque su historia toma lugar unos 4000 años antes de los eventos de las películas
Entre estos títulos de estatus legendario, al que le faltaba recibir una dosis de modernidad era a Star Wars: Knights of the Old Republic, o KOTOR si quieres abreviar su largo nombre, un detalle que nos pareció curioso al recordar que muchos lo consideran el mejor título de Star Wars de todos los tiempos.
7.5
Historia:
9
Jugabilidad:
7.5
Graficós:
6
Música:
7.5